«Nos explota la cabeza cada vez que bajamos por la calle Alfonso y vemos que la cúpula no queda justo en el centro», explican de camino al psicólogo.

Caminar por la calle Alfonso en dirección a la Plaza del Pilar se ha convertido en un suplicio para cientos de personas. ¿El motivo? La cúpula central de la basílica no está centrada, ni respecto al propio edificio ni respecto a la calle Alfonso. Un colectivo de perfeccionistas ya se ha puesto a trabajar en el asunto.

«No puedo ni mirar, me sangran los ojos»

Isabel Jiménez, presidenta de la Asociación de Perfeccionistas de Aragón, ha explicado desde su despacho, decorado siguiendo las normas del feng shui, el problema con el que se encuentran ella y sus compañeros. «Nos duele la cabeza al verlo. Es levantar la vista, mirar hacia la cúpula y no poder pensar ya en otra cosa. A veces nos sangran los ojos y todo», comenta visiblemente emocionada. «No podemos entender como lleva tantos años así, ¡hay que hacer algo!», añade entre lágrimas.

Mover la cúpula o vetar el acceso a los tiquismiquis

El Ayuntamiento, conocedor del conflicto interno que viven decenas de personas, ha encargado un estudio sobre la viabilidad de la petición. Según ha podido saber Errado de Aragón, las posibilidades que se manejan son dos: mover la cúpula los metros necesarios para que quede centrada, o vetar el acceso a la zona a los tiquismiquis y perfeccionistas, impidiendo así que se vea alterado su estado nervioso.