Una joven afirma no haber quedado nunca en Cañones

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Ayer se conocía uno de los misterios más sorprendentes que Zaragoza ha vivido en el último lustro, y es que se reveló el testimonio de una chica que afirma no haber quedado en la plaza de Cañones de Sagasta.

Después de haber aguantado presiones por partes de familiares y amigos, la joven, Andrea Ramírez, decidió hacer público su mayor misterio, nunca se había reunido con nadie en Cañones. «No se trataba de nada personal era por otros factores, quedaba en otros sitios o no me venía bien quedar ahí. Yo soy impuntual, por lo que decidía ir directamente al sitio que íbamos a ir» explicaba la joven.

Andrea Ramírez y su primera vez

Después de conocer la historia de Andrea, Errado de Aragón decidió contactar con ella y llevarle por primera vez a la Plaza de los Cañones. Según nos íbamos acercando, la joven iba entrando en un estado de nervios y ansiedad propio de una persona que teme a lo desconocido, pero pudimos tranquilizarla y continuar. «No era como me la esperaba» exclamo al pisar Cañones por primera vez. «Me la han descrito muchas veces y durante todo este tiempo la he imaginado e incluso he hecho diferentes dibujos de cómo podría ser, pero es mucho mejor de como la tenía en mente. Hoy es un día muy especial para mi» concluía con lágrimas en los ojos.

Zaragoza, consternada

Una vez se ha conocido la noticia la gente no podía dar crédito de que alguien que ha nacido en Zaragoza no haya pisado nunca esta plaza, y es que se trata de un referente, casi mundial, a la hora de establecer un punto de encuentro en el que quedar.

«No me entra en la cabeza que una persona que afirma haberse criado en esta ciudad nunca haya quedado en Cañones, es inconcebible. Esa algo esconde», «La tal Andrea, sino ha estado en la plaza es porque no tiene amigos. Es inexplicable que no haya estado», «Pobres padres», «Yo no me fiaría de una chica así, no la querría como nuera» declararon los ciudadanos ante esta sorprendente noticia.

8 Comentarios

  1. Es posible no quedar allí, pero es imposible (o casi) ponerse nervioso y alterado por conocer una plaza céntrica, siempre con gente y muy acogedora, arboles, bancos, juegos para niños… algo raro puede haber oculto para suceder este nerviosismo (creo) infundado

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